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En esta fotografía en blanco y negro juegan un papel fundamental las líneas. Salen del centro hacia las esquinas y crean con esa trayectoria una enorme sensación de profundidad en la imagen.
Gracias al techo desprovisto de esquinas y al ventanal en la parte superior, el espectador es capaz de situarse en el contexto de una estación de tren. Algo que sería difícil hacer solo con las luces y las líneas que producen el movimiento de los trenes.
La existencia de materiales metálicos, el movimiento, las luces y la ausencia de naturaleza y personas, hacen situarse en un espacio futurista a aquel que observa la instantánea.
Autor: Javier Aranburu
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Disponible el: 15/02/2017
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